Muchos latinos empiezan su negocio cobrando en efectivo, sin recibos, sin estructura legal y con la idea de que “mientras funcione, está bien así”. Y aunque eso puede ser un buen primer paso, no siempre es suficiente para crecer, protegerse y lograr estabilidad.

La buena noticia es que sí se puede formalizar un negocio aunque no tengas papeles, y no necesitas ser experto en leyes para lograrlo.
El primer paso es entender que, en Estados Unidos, lo más importante para emprender legalmente no es tener un número de seguro social, sino estar dispuesto a actuar con orden. Muchos inmigrantes indocumentados operan bajo un ITIN (Número de Identificación Personal del Contribuyente), que se puede obtener por medio del IRS para pagar impuestos. Aunque no te da estatus migratorio, te abre puertas: puedes declarar ingresos, abrir cuentas bancarias de negocio e incluso obtener ciertos permisos municipales.
Después viene el nombre. Registrar un DBA (Doing Business As) es sencillo y económico. Permite que trabajes bajo un nombre comercial —como “Tacos El Jefe” o “Limpieza Latina”— sin necesidad de crear una empresa formal. En muchos estados, este proceso cuesta menos de $50 y se hace en línea o en oficinas locales.

Otro paso importante es tramitar las licencias o permisos que requiere tu ciudad o condado. Cada negocio tiene reglas distintas. Vender comida en casa no es lo mismo que hacer reparaciones eléctricas o cortar pasto. Informarse es clave. En casi todos los casos, no te piden estatus migratorio para darte un permiso, solo el ITIN o una identificación vigente.
Llevar una contabilidad básica también es una forma de formalizar. Aunque trabajes solo, aunque cobres en efectivo, llevar registro de lo que ganas, gastas y reinviertes te da control. Si algún día quieres pedir un local, una cuenta comercial o incluso declarar impuestos para tener un récord limpio, estos datos serán tu mejor herramienta.

¿Por qué todo esto importa? Porque la informalidad puede ser útil al principio, pero también es frágil. Si un cliente no te paga, no puedes reclamar legalmente. Si hay una inspección, puedes recibir multas. Y si un día quieres crecer, asociarte o pedir ayuda financiera, necesitas mostrar que tu negocio es real y organizado.
No hace falta tener papeles para ser profesional. Hace falta voluntad. El respeto empieza por uno mismo, y parte de eso es tomar tu negocio en serio, aunque sea pequeño.
Emprender es un acto de dignidad. Formalizarte, aunque sea paso a paso, es una forma de decir: “Sí pertenezco. Sí puedo. Y aquí estoy para quedarme.”