Durante la crisis inflacionaria que elevó el precio de los alimentos en Estados Unidos entre 2022 y 2023, el huevo se convirtió en un producto altamente codiciado. La escasez provocada por brotes de influenza aviar en granjas estadounidenses, sumada al alza en los costos de producción, disparó el precio del huevo a niveles sin precedentes. En respuesta, muchos consumidores —especialmente en la frontera sur— buscaron alternativas más económicas en México, donde el precio por cartón era sustancialmente menor.
Lo que comenzó como una práctica aparentemente inofensiva derivó en un fenómeno de contrabando detectado por las autoridades federales. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) reportó un aumento considerable en la incautación de huevos frescos introducidos de manera ilegal desde México hacia Estados Unidos.
Un fenómeno en aumento, no pasajero
Contrario a lo que algunos podrían pensar, este fenómeno no fue temporal. En el año fiscal 2025, la CBP reportó un incremento del 48% en los decomisos de huevos crudos en puntos de entrada tanto en la frontera sur como en la norte, en comparación con el año anterior. Particularmente preocupante fue el caso de la Oficina de Campo de San Diego, que registró un aumento del 158% en la intercepción de huevos desde el año fiscal 2024.
La CBP ha reiterado que está prohibido ingresar huevos frescos, carne cruda de ave o aves vivas desde México, debido al riesgo de diseminar enfermedades altamente contagiosas como la influenza aviar y la enfermedad de Newcastle. Las multas por no declarar estos productos pueden superar los $10,000 dólares.
Disparidad de precios y presión económica
Durante los meses más críticos de la crisis, el precio promedio de una docena de huevos en Estados Unidos llegó a superar los $6 dólares en algunos estados, mientras que en México el mismo producto costaba apenas una fracción. Esta diferencia incentivó a muchos viajeros —con o sin intención de delinquir— a cruzar la frontera con cartones de huevo en sus vehículos personales.
Aunque las cantidades confiscadas en la mayoría de los casos eran pequeñas, el volumen total llamó la atención de las autoridades federales. La CBP ha implementado campañas informativas para advertir a los viajeros sobre las restricciones sanitarias y las posibles consecuencias legales.
Un reflejo de desigualdad estructural
Este fenómeno pone en evidencia no solo los efectos colaterales de la inflación y las crisis sanitarias, sino también las profundas disparidades estructurales en el costo de vida entre México y Estados Unidos. Lo que para algunos puede representar una infracción menor, para otros es una estrategia de supervivencia económica.