La Revolución Mexicana es uno de los eventos históricos más importantes y transformadores en la historia de México, iniciada en 1910. Fue un conflicto armado y social que marcó profundamente la política, sociedad y cultura del país durante el siglo XX, y cuyos efectos aún se perciben hoy en día.
La Revolución comenzó principalmente debido al descontento social generado durante la presidencia de Porfirio Díaz, quien gobernó México por más de 30 años, periodo conocido como el Porfiriato. Aunque este periodo trajo crecimiento económico y modernización, también se caracterizó por profundas desigualdades sociales, explotación laboral y falta de libertades políticas.

En 1910, Francisco I. Madero, un político que defendía ideas democráticas, desafió a Porfirio Díaz llamando a levantarse en armas para restaurar la democracia. Este llamado detonó una serie de levantamientos armados en diferentes partes del país. La presión social y militar llevó a Díaz a renunciar en 1911, dando paso al breve gobierno democrático de Madero.
Sin embargo, la revolución continuó porque las demandas sociales eran mucho más amplias y profundas. Líderes revolucionarios populares como Emiliano Zapata en el sur y Pancho Villa en el norte exigían reformas sociales radicales como la redistribución de tierras y justicia para campesinos y obreros.

La lucha revolucionaria se extendió durante una década, enfrentando a diversas facciones con objetivos políticos y sociales distintos. Durante este tiempo, se promulgaron leyes y reformas fundamentales, como la Constitución de 1917, que incorporó derechos sociales y laborales inéditos en la época, como el reparto agrario, educación laica y gratuita, y la protección de derechos laborales básicos.
Aunque la violencia generalizada terminó alrededor de 1920, el país tardó varios años más en estabilizarse completamente. La Revolución Mexicana tuvo enormes costos humanos y sociales, pero logró sentar las bases institucionales para un México moderno con mayor justicia social.
Hoy en día, la Revolución Mexicana se recuerda como un movimiento que representó las aspiraciones populares por democracia, justicia social y equidad. Este evento histórico marcó profundamente la identidad mexicana y sigue siendo referente obligado para entender la historia y la sociedad contemporánea de México.