Los precios de los vehículos podrían subir en las próximas semanas tras la entrada en vigor de un arancel del 25% sobre autopartes importadas. La medida, impulsada por el presidente Donald Trump, forma parte de su política comercial para incentivar la producción nacional, pero ya genera preocupación en el sector automotriz.
Una advertencia desde la industria
Aunque el impacto todavía no se refleja directamente en los precios al consumidor, fabricantes y expertos coinciden en que los aumentos son inminentes. La mayoría de los vehículos, incluso los ensamblados en Estados Unidos, dependen de piezas extranjeras.
Según Reuters, los costos por unidad podrían incrementarse entre $2,000 y $12,000 dólares, dependiendo del modelo y el grado de integración de autopartes foráneas.
Respuestas iniciales de las automotrices
General Motors prevé un aumento de hasta $5,000 millones de dólares en costos este año. Toyota, aunque también se ve afectada, afirma que por ahora no modificará sus precios. Otras marcas han intensificado promociones para mover inventario antes de que el alza se materialice.
El consumidor se adelanta
La expectativa de encarecimiento provocó un repunte en las ventas de autos nuevos en abril. De acuerdo con CBS News, miles de compradores decidieron adquirir vehículos antes de que los ajustes entren en vigor.
Efectos colaterales
En el plano laboral, el Departamento de Trabajo reportó una leve disminución en empleos del sector manufacturero en abril, especialmente en la producción automotriz. Además, firmas como Tesla, GM y Stellantis retiraron sus proyecciones financieras para el año, citando la incertidumbre provocada por la nueva política comercial.
Medidas de contención
La administración Trump emitió una orden ejecutiva que permite a fabricantes solicitar reembolsos parciales —hasta del 3.75%— por vehículos ensamblados localmente con piezas importadas. También aclaró que los aranceles no se acumulan con los vigentes sobre acero y aluminio.
Lo que viene
Aunque los precios aún no suben de manera generalizada, se espera que el nuevo inventario, fabricado bajo los costos más altos, comience a llegar en las próximas semanas. Analistas advierten que los consumidores podrían enfrentar precios más elevados tanto en vehículos nuevos como en el mercado de segunda mano.